A falta del Atlético- Sporting de mañana, podemos decir que la Primera División en España va a ser algo parecido a lo que fue el año pasado. Tras meterme entre pecho y espalda cuatro partidos de esta primera jornada, el denominador común de la misma es que a los equipos les falta mucho tono físico y empaque. A la gran mayoría, vamos. De lo visto, solo el Athletic y el Barça estaban un escalón por encima de sus rivales -Hércules y Racing-: los primeros a nivel físico y colectivo; los segundos sobresalen hoy en día por su calidad, por encima de casi cualquier rival, a pesar de no tener el ritmo de competición.
El partido que abrióla jornada -y en el que más me voy a centrar por verlo con más atención- fue el Hércules 0-1 Athletic. Los alicantinos llegaban a Primera tras más de 13 años en un Rico Pérez casi lleno (24000 personas). El partido fue muy igualado. El Hércules, tras desquitarse de unos primeros quince minutos de nervios, empezó a hilar jugadas de manera rápida y a crear cierto peligro sobre la meta de Iraizoz. Tiago Gomes, Abel Aguilar, David Cortés y sobre todo Tote fueron quienes más daño hicieron a un Athletic que hacía aguas por la banda izquierda, defendida por el novato Aurtenetxe. Sin embargo ni Sendoa primero ni Portillo después consiguieron perforar la meta bilbaína. Al descanso se llegaba con empate tras un disparo de Susaeta que tocó la red de la portería de Calatayud.
Sin embargo, en el 46 Llorente remataba una falta mal defendida por la zaga herculana y ponía el único gol en el marcador en uno de los pocos remates a puerta del equipo vasco. A partir de ahí, dominio sobre el piso de los visitantes con permiso de los locales, que hasta ahora solo dejaban que los centrales rojiblancos pegaran el pelotazo buscando la rubia cabellera del campeón del mundo. Tuvo que mover el banquillo Esteban Vigo para que su equipo reaccionara. Kiko, tras salir muy nervioso, solo pudo hacer daño al final ya con el equipo volcado sobre la meta de Iraizoz. Thomert sustituyó a un muy desafortunado Sendoa y ofreció mucha más movilidad que el vizcaíno, pero con poco acierto.
Pude ver el partido de La Rosaleda entre Málaga y Valencia a medias con el debut en el Mundobasket de España. Y lo que me quedó claro es que el conjunto local está por hacer: mucha gente nueva y muy poca compenetración. Además, su técnico, Jesualdo Ferreira, quiere implantar un 4-3-3 como dibujo táctico, algo muy arriesgado sobre todo en un inicio liguero con un equipo seminuevo.
Por su parte, el Barça sigue en las mismas. Dos minutos ha tardado en adelantarse en el marcador. Me ha sorprendido gratamente el Racing, que intentaba jugar rápido, en corto y vertical. Pero poco ha podido hacer, aparte de no fallar un penalti, ante un equipo que tras el 0-3 se ha dedicado a mantener la pelota y sestear. Especialmente destacable el golazo de Andrés Iniesta, segundo azulgrana.
Y también me he llevado una sorpresa con el Mallorca, un equipo desmantelado de una primavera para un otoño y recompuesto a base de jugadores que tenía cedidos, canteranos y un par de fichajes. Hoy los bermellones han sido sólidos atrás, con el jefe Nunes al mando; fuertes en el centro del campo con un De Guzmán que estaba en todos lados; y rápidos arriba, sobre todo en la segunda parte ante un Real Madrid volcado y ahogado a partes iguales. Buena pinta, muy buena, tiene Nsue.
El Real Madrid de Mourinho parecía el Real Madrid de Pellegrini. Y no se puede vivir siempre de un buen pase o de una carrerita para ganar un partido. Hoy el Mallorca -previsiblemente, nada del otro mundo en esta Liga- se lo ha demostrado a las primeras de cambio. Es grave, creo, que en un equipo que quiere mover el balón no se muevan los jugadores sin balón. El único que lo hacía era Canales y el pobre ha acabado agotado yéndose al banquillo antes de hora. Los ataques de los blancos siguen siendo estáticos, lo que facilita al rival posicionarse con dos líneas de cuatro y esperar a robar un balón. Únicamente Ronaldo, si rompe a su defensor y descoloca la defensa, o un buen pase en largo de Alonso, pueden crear peligro con un planteamiento así. Me he quedado con ganas de ver más a Khedira.
Ah, y mención especial para Dudu Aouate, por supuesto.
¡Un saludo ;)!
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