Mejoran los suplentes la cara del Hércules ofrecida a domicilio. El equipo de Esteban Vigo fue mejor ayer que el Racing. No fue difícil. El club cántabro estuvo pésimo en todo, y solo inquietó a balón parado mediante Kennedy.
El Hércules ofreció una mejora con respecto a sus últimos partidos lejos de Alicante, se notaron las ganas de reivindicarse de los que menos juegan. Tras las primeras imprecisiones en el centro del campo (no hay forma de que el equipo empiece un partido totalmente enchufado), los blanquiazules (ayer, abeja Maya) se
hicieron con el control del partido. Vale, no fue un derroche de ambición -el punto era válido- ni mucho menos de calidad. Pero el Hércules quiso hacer daño, sobre todo en la segunda parte, en la que adelantó líneas y presionó a la zaga racinguista. Cristian (que sustituyó a Tote a los diez minutos de partido por lesión del madrileño) y Kiko Femenía estuvieron de notable, creando la mayor parte del peligro herculano. Fritzler y Portillo tuvieron las más claras, pero un zaguero y el poste impidieron el gol visitante.
Me gustaría mencionar también a Sarr y Rodríguez, pareja inédita en Liga, que cumplió con creces en la jornada de ayer.
De igual forma, el aficionado del Racing tiene motivos para la preocupación. Fútbol plano, escasas ideas en el centro y menos en ataque. Se salva Kennedy, que tiene un fusil en la pierna derecha, y Munitis, que siempre le echa ganas. Si ayer en vez de tener en frente al Hércules tienen a un Getafe, Valencia o Atlético, les cae una gorda.
Un saludo.
PD: A destacar que el equipo alicantino no recibiera ayer un gol tras diez jornadas sin ver su portería a cero. Y con el centro de la zaga nuevo en Liga.
Elegir en los partidos del lunes al Hércules cuando juega fuera de casa es una decisión de estratega comercial: un caudal de fútbol, espectáculo y cantidades astronómicas en el share del plus.
ResponderEliminarLease lo anterior con el diccionario de antónimos a mano.
Un partido tan pobre que ni siquiera logró resolverse a balón parado, siendo denominador común cuando los dos equipos ni arriesgan ni crean.
Por lo menos, el Hércules se va de vacaciones en una zona tranquila y nada alarmante, que no es poco.