Deporte en directo

martes, 23 de noviembre de 2010

Algún día

José Mourinho es, en mi opinión, un gran entrenador, un gran estratega sobre todo. Sabe gestionar al equipo y, quizás lo más importante, gestionar a 25 jugadores en un vestuario como el del Madrid.. y antes en el Inter, el Chelsea o un Porto que nadie esperaba como campeón de Europa. Lo hace, es verdad, de una manera peculiar (y reconocida por él mismo): se sabe polémico y lo hace para aguantar él toda la presión que de otra forma se llevarían los jugadores. Y de momento al equipo blanco le va bien: líder en Liga, Champions y en octavos de Copa.

Yo no actuaría como él, pero entiendo su actitud ante cámaras y micrófonos. Entiendo, es más, que Mourinho en su casa no es en absoluto de esa forma (hay una entrevista en un El País Semanal de hace poquito que sostiene lo que digo). Entiendo que a veces se meta donde no le llaman, que sea poco escrupuloso o que diga quién ha jugado bien y quién mal. Ahora bien, Mou tiene que andar con cuidado con tanta táctica moral. Porque llegará un día en que esa misma estrategia se le pueda volver en contra y desacreditarle de por vida, o al menos a largo plazo.

Todo esto viene por lo de hoy en el Amsterdam Arena. El Real Madrid, con el partido ganado 0-4, ha acabado con nueve jugadores porque Alonso y Sergio Ramos han ido a la ducha antes de tiempo. Ambos tenían ya amarilla en ese partido, por lo que una más en el siguiente encuentro en casa -el último de la fase de grupos- ante el Auxerre podría dejarles sancionados para la eliminatoria de octavos. ¿Solución? Provocar la segunda en el mismo partido de hoy. Hasta ahí, es simplemente una táctica del entrenador, loable o no, pero permitida. Lo que a mi juicio no está bien son las formas descaradas con las que Xabi y Ramos se han autoexpulsado. Amagando varias veces con los saques, uno de falta y otro de puerta.

¿No deberían sancionar estas cosas tan evidentes?

Puedes ser listo, pero no tomar al resto por tontos.


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